14.6.11

Cita sorpresa.

   Llegué a las 21 horas y 30 minutos, totalmente puntual, justo a la hora a la que habíamos quedado, al menos eso ponía en el post-it que había pegado en el espejo de la entrada, justo al lado de un corazón dibujado con pintalabios. Me encontraba en la puerta del restaurante que ponía en la tarjeta y llevaba puesto el vestido negro que él me había dejado extendido sobre la cama para que no se arrugase, era precioso. Había pensado en todo, también me había preparado el rizador, la laca y las pinturas con el maquillaje enfrente del espejo, sabía lo mucho que me gustaba resaltar mis ojos y lo tiquismiquis que era con mi pelo. Justo a los pies de la cama estaban mis zapatos de tacón favoritos. También me había dejado una cajita con un lazo, recuerdo que cuando llegué y la vi me senté de rodillas encima de la cama y con cuidado y nerviosismo abrí el lazo para descubrir unos pendientes a juego con un collar y una pulsera, un magnífico conjunto. Me tumbé sobre la cama, sonriendo por el bonito detalle, había tenido un día agotador en el trabajo y lo último que esperaba encontrarme era aquello. Pensé en cómo habría supuesto que llegaría antes y en lo bien que me conocía para haberlo preparado todo con tanta perfección. Respiré profundamente y con una sonrisa corrí a prepararme.

   Era un lugar encantador, estaba observándolo maravillada cuando de pronto alguien me tapó los ojos y me susurró al oído "bienvenida, princesa, estás preciosa esta noche, te sienta de maravilla ese vestido". Me giré con una sonrisa y allí estaba él, en un elegantísimo traje chaqueta con un ramo de rosas negras, azules y rojas, estaba increíblemente guapo. Le miré a los ojos y tal y cómo él esperaba me lancé a sus brazos para besarle y transmitirle todo lo que sentía en aquel momento. Me abrazó y posé mi cabeza sobre su hombro, respiré y me llegó un olor super dulce -ese perfume suyo que tan loca me volvía-, me mordí el labio y le susurré:

   Gracias, mi vida, siempre logras hacerme sentir como en un sueño. No sé cómo te las arreglas para hacer que todo sea tan sumamente perfecto.- Levanté mi cabeza y le miré a los ojos, tenían un brillo especial bajo la luz tenue que salía del restaurante.

   ¿Entramos? - me dijo ofreciéndome su brazo para que me agarrase y nos dirigimos hacia el interior para pasar una de las veladas más mágicas que recuerdo.

4 comentarios:

  1. Hola! Descubrí tu blog ayer gracias a Lorena y he de decirte que me quedo porque esta historia me ha encantado, que bonito! Ojala me hicieran eso a mi, jajaja!
    Disfrútalo tu que puedes.
    Muak

    ResponderEliminar
  2. Hola coleguita!!!
    Acabo de llegar a tu blog y lo primero tengo que agradecerte que hayas visitado el mio y te hayas decidido a quedarte
    Voy a darme un gran voltio por aqui....
    Vaya....y esta primera historia es increible....a mi no me ha pasado en la vida
    Un besote coleguita

    ResponderEliminar
  3. Hola Sirenita, la verdad es que la mayoría de las historias de aquí son sacadas de mi mente, no todas me han ocurrido, la mayoría de veces que escribo es por sacarme pensamientos que tengo dentro o que me nacen, el hecho de que esté escrito en primera persona solo es porque me nació más fácilmente. Pero... siempre he querido que me pase algo así.
    Me alegro de que al menos te haya gustado. Un beso y gracias por leer^^

    ResponderEliminar
  4. Hola Pérfida. Entré en tu blog y tras leer un par de entradas quedé enganchada, de que termine los exámenes pienso leerme desde el principio.
    Te digo lo mismo que a Sirenita, a mi tampoco me ha pasado pero no hay que perder las esperanzas. Igual algún día...

    ResponderEliminar