6.4.12

Una oportunidad.

Las palabras subían por su garganta y se agolpaban a las puertas de su boca, sus labios querían moverse, sus cuerdas vocales querían emitir los sonidos necesarios, pero... no podía. Inspiró hondo, cerró los ojos y giró la cabeza mientras de su boca solo salían vacíos suspiros, solo aire pero no palabras. El corazón le latía cada vez más fuerte y tenía un nudo en el estómago. Giró de nuevo la cabeza y ahí estaban de nuevo esos ojos profundos y verdes esperando una respuesta, pero ella no era capaz de dársela.

No debía de haber repetido cientos de veces esas frases en su cabeza, lo sabía y aun así lo había hecho, sabía que si gastaba las palabras luego, a la hora de necesitarlas, habrían desaparecido y a pesar de todo las había machacado y dado una cruel paliza antes de llegar allí. Quizá no era solo que las palabras se hubieran quedado vacías, quizá también tenían culpa los miedos que se estaban haciendo dueños de su cuerpo entero y no le dejaban actuar.

- ¿Por qué no eres capaz de decirme lo que sientes? ¿Por qué te cuesta tanto? Después de todo lo que pasamos... no esperaba esa reacción, ¿por qué lo hiciste? No lo entendí y no lo entiendo. Luego me llamaste y aquí estoy, aquí estamos y no eres capaz de abrir la boca ni de mirarme a los ojos. ¿Acaso te hice daño? - suspiró y se llevó las manos a la cabeza, la miró de nuevo y dijo- No, claro que no, ¿qué daño pueden hacer unas putas palabras de amor? Solo te dije que te quería, no te dije que no te necesitaba, que me había tirado a otra o que pensaba utilizarte para no volver a llamarte nunca. Solo te dije que te quiero porque eso es lo que siento y solo quiero intentar hacerte feliz, ¿tan malo es eso?

Acercó su mano al mentón de ella y con un dulce movimiento la hizo mirarle a los ojos para ver que éstos se estaban llenando de lágrimas y no supo qué pensar. ¿Era bueno o malo? ¿Significaba que no quería que él la hiciera feliz? ¿Acaso había otra persona a la que ella quería y por eso no podía contestarle a él?

- Yo... yo... - las lágrimas derramaron por sus mejillas antes de que pudiera recomponer los hilos de esas frases inconexas que vagaban por su mente y escondió la cabeza en el pecho de él y le rodeó con los brazos con la esperanza de sentir que sus miedos desaparecían y se creaba un escudo a su alrededor...
Cuando él le rodeó la cintura con sus brazos y volvió a susurrarle un dulce "te quiero" al oído que la hizo estremecerse, las ganas de salir corriendo se esfumaron para dar paso a un río de lágrimas.

- No es que tú hicieras nada malo, ¿sabes?. Al contrario y eso es lo que me asusta. Nunca me había pasado nada así, me hiciste sentir totalmente frágil y eso me dio miedo, mucho miedo y lo único en lo que pensé fue que necesitaba salir de ahí. Otras veces me dijeron palabras bonitas para más tarde desaparecer sin decir nada y dejarme vacía. No quiero volver a pasar por nada de eso, ¿vale? Me niego y... no sabes lo muchísimo que me costó haberte llamado, estar aquí y decirte esto y...

Un dedo se puso sobre sus labios haciéndola callar y secó sus lágrimas. Ella alzó la cabeza hacia él y con esa mirada todo su mundo se desvaneció. Quien sabe cómo podría terminar aquello, quien sabe si luego no se destrozaría todo, supongo que en algunas ocasiones solo hay que olvidarse y dejarse llevar.

3 comentarios:

  1. "todo su mundo se desvaneció" típica frase de Luu XDDDDD
    Nya, bonito :3

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja para ti que me conoces :P si es que son las cosas que me vienen solas a la mente, no me doy cuenta xD
    Me alegra :D

    ResponderEliminar
  3. Genial!!!
    Te espera el juego del 11 en mi blog!

    ResponderEliminar